Cuando empecé a dar talleres, allá por el 2013, tenía el foco puesto en que la gente aprendiera lo máximo posible y en compartir toda la información acerca del mundo de la serigrafía artística. Quería darles la herramienta que me había permitido independizarme y hacer lo que me gustaba. Pero ya al empezar, me di cuenta de que lo que hacía (y lo que recibía) era mucho más.
Cada persona que llegaba al taller, traía una historia diferente y empecé a conectar con todas ellas y a disfrutar de lo que para mi era dar clase: toda una experiencia.
Estos carnavales un grupo de amigos decidió venir a la isla a pasar un sábado diferente. Vinieron a aprender serigrafía sobre textil, diseñaron sus camisetas y compartieron una mañana muy original y divertida creando juntos.
Abrir las puertas de mi casa y mi taller, conseguir que la gente se olvide por un momento de la rutina y del mundo para conectar con ellos mismos y descubrirse… Sacarles una sonrisa y que te den las gracias de corazón, es algo que compensa toda esta aventura de ser autónoma y creadora en España.
Gracias a todas las personas que formáis parte de esta aventura que se llama La Platanera 🙂